CONTEXTO HISTÓRICO DE
LA PLANIFICACIÓN Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL EN EL ECUADOR
Fuente: Tomado de Senplades
Históricamente
el Ecuador se ha desarrollado sobre la base de una estructura fragmentada y
desorganizada, cuyas dinámicas han beneficiado únicamente a aquellas clases que
han administrado el poder. Tal situación se ha visto materializada
especialmente en la dispersión del tejido institucional, en el aislamiento y falta de coordinación de leyes, normas y reglamentos, y en la ausencia de una
planificación sostenida que beneficie al país en su conjunto. De igual manera,
la configuración espacial del territorio ecuatoriano a través del tiempo ha
manifestado un regionalismo y centralismo, muestra de ello son las capitales
administrativa y comercial: Quito y Guayaquil (Senplades, 2012).
Por tal
motivo, integrar temas de ordenamiento territorial que promuevan el desarrollo
equilibrado del país, era poco conveniente para los intereses de las élites
políticas y económicas que dominaban en aquel entonces (Senplades, 2012).
En
el 2008, con la aprobación mayoritaria del nuevo marco constitucional, se da
inicio a la construcción de un modelo de Estado innovador, cohesionado y
organizado, cuya finalidad es el bien común. Esta nueva estructura
socio-política promovió la recuperación de las capacidades de planificación,
gestión, regulación y control. Con este nuevo enfoque, se instaura una nueva
visión respecto al territorio, así como una lógica más equitativa y equilibrada
para planificarlo y gestionarlo. Por
ello se establece como un deber primordial del Estado “planificar el desarrollo
nacional, erradicar la pobreza, promover el desarrollo sustentable y la
redistribución equitativa de los recursos y la riqueza, para acceder al buen
vivir” (CRE, 2008, Art.3, numeral 5).
El Plan Nacional de
Desarrollo-PND, es el principal instrumento del Sistema Nacional
Descentralizado de Planificación Participativa-SNDPP, y su objetivo es
contribuir al cumplimiento progresivo de: i. Los derechos constitucionales; ii.
Los objetivos del régimen de desarrollo y disposiciones del régimen del Buen
Vivir (a través de la implementación de políticas públicas); y iii. Los
programas, proyectos e intervenciones que de allí se desprenden.
Para implementar el
modelo de desarrollo propuesto, es indispensable mirar al territorio como el
espejo donde éste se concreta; es por esto que la Estrategia Territorial
Nacional-ETN es parte constitutiva del PND. Es decir, einstrumento
que plasma la lógica innovadora de la planificación y del ordenamiento
territorial, identificando las capacidades regionales y locales del país y
articulando éstas a los objetivos nacionales de desarrollo. Por una parte,
considera la construcción de un territorio equitativo y equilibrado, con
asentamientos humanos adecuadamente organizados, y por otra, el fomento de la
coordinación entre la planificación local y la nacional (Senplades, 2012).
Así mismo, el Código Orgánico de
Planificación y Finanzas Públicas-COPFP (2010), establece a la Estrategia
Territorial como el marco nacional para el ordenamiento territorial que
proporciona criterios y directrices para la formulación de políticas públicas.
Consecuentemente,
la planificación y ordenamiento territorial se sustenta en el enfoque de
derechos humanos y en el desarrollo sustentable. En el período 2007 – 2017 se
han desarrollado cuatro planes nacionales de desarrollo: 2007 – 2010; 2009 – 2013;
2013-2017 y 2017 – 2021.
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